BLOGLENGUALIA

jueves, 25 de septiembre de 2014

CAMILO JOSÉ CELA

Discurso de recepción del Premio Cervantes, 23 de abril de 1995, (fragmento)



Merece la pena esperar los años que Dios disponga para recibir este premio de la mano de Vuestra Majestad. Nunca se llega tarde a ningún sitio, jamás se nace ni se muere cinco minutos antes, y todos los puertos son seguros tan pronto como se rinde en ellos la más azarosa y difícil singladura. El tiempo lima las asperezas de la conciencia y amansa la voz del hombre si se acierta a ponerla a remojo en el benevolente rocío de la paciencia; aliado con el tiempo, al decir de Shakespeare, al miserable no le queda más medicina que la esperanza: ni siquiera la caridad ni el azar aunque quizá sí el amor y la fe, esas dos palancas que sólo los más clementes dioses enseñan a manejar a los elegidos. Hay que dar tiempo al tiempo para que pueda granar con opimo provecho y no se debe ensayar a acelerarlo puesto que jamás abdica de su ritmo previsto y cadencioso o vertiginoso, según se mire. El mundo es tal cual se nos presenta y para San Agustín, el mundo de nuestros afanes y nuestras impaciencias, el mundo en que vivimos, se hizo no en el tiempo sino al mismo tiempo que el tiempo, ya que el tiempo no existía antes del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.