BLOGLENGUALIA

jueves, 18 de septiembre de 2014


PEDRO SALINAS

 

Razón de amor

"Serás amor..."

¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el primer encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y solo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo;
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo, altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales:
es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara.
Y que lo más seguro es el adiós.

PEDRO SALINAS A SU HIJA

(Tenía cuatro años y estaba empezando a leer. El poema refleja el tormentoso proceso de aprendizaje)

Muchas letras en el libro,
muchas palabras de letras,
su aguijón cada palabra
y cada herida su pena.
Cuando la niña venía
le daba al libro una vuelta,
y así, puestas del revés,
¡qué claras que se leían
cosas alegres, sin letras!



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